09 junio 2006

Sistemas Políticos Comparados

Así se llama la famosa materia que tengo que rendir. En la última clase tuvimos una discusión por demás interesante. En general en las materias de mi carrera no se convoca al debate, y mucho menos a la reflexión. No se si por miedo de los alumnos o incompetencia del docente. Y el miércoles tuvimos la oportunidad de aplicar la teoría (en mi carrera el exceso de teoría ya nos ahoga) a la práctica política. El debate se dio en torno de la crisis de los partidos políticos. Se plantea la diferencia entre una crisis de los partidos como tales de una crisis de los modelos de partido. Es decir, la cátedra (desde su clara perspectiva institucionalista) plantea que la crisis de legitimidad que atraviesa a los partidos no pone en jaque al sistema en sí, sino a lo que entendemos que es un partido (sus objetivos, organización y modus operandi). El planteo está bueno porque, desde ese punto de vista, el “sistema” de instituciones existentes no tiene por qué caerse. Ahí empezamos a analizar qué paso con la Alianza, qué es el peronismo hoy, etc… siempre en términos de aplicación de la teoría de algún autor. Copado, especialmente porque hubo posturas diferentes, y hasta opuestas.

Lamentablemente hubo un punto en el que ya no pudimos avanzar. El gran problema de la cátedra (según mi parecer, porque obviamente esto no es algo que la cátedra aceptaría) es que tiene miedo de discutir qué pasa si se caen las instituciones. El ayudante que coordinaba la clase nos instaba a que la crisis era de un modelo partido político, y que entonces la solución pasaba por idear un nuevo modelo que lo sustituya. Es decir, “todo se arregla si pensamos qué tendrían que hacer los partidos para recuperar su legitimidad”. No me pareció una mala idea, porque hoy el sistema institucional persiste y a pesar de la famosa crisis de legitimidad que padecen hace rato los partidos, seguimos funcionando con ellos. Esa es la receta de la cátedra.

La discusión que nos perdimos (porque el ayudante la canceló rápidamente) es que ni la cátedra (ni la carrera de ciencia política en general) da cuenta de otro tipo de movimientos, tan o más institucionalizados que los partidos, que se generaron y se continúan generando porque existen millones de personas que no encuentran un canal que exprese sus inquietudes por la vía de las instituciones clásicas (poder ejecutivo, legislativo y judicial, por ejemplo). Y entonces vuelvo a la conclusión que proponía el ayudante de la materia (“todo se arregla si pensamos qué tendrían qué hacer los partidos para recuperar su legitimidad”) y digo no, no y no. Nos falta discutir algo previo. Y el no discutirlo es ignorarlo. Como si no existiera. Porque han proliferado innumerable cantidad de movimientos sociales que agrupan otro tipo de intereses, incluso ideológicos (para los que dicen que las ideologías han muerto), y que si esto sucedió es porque los partidos políticos, por ejemplo, no han sabidos representarlos. Y entonces también evitamos la discusión sobre la clase política que tenemos, que se caga en las mayorías pobres e ignora a las minorías discriminadas, acá y como fenómeno mundial. O que nos cuenta que hemos tenido una increíble mejora en la economía, y no se ve que en todo caso la reactivación es la de la clase media que salió a cacerolear porque les tocaban el orto en 2001. Sino, de la pobreza y la exclusión, seguimos sin hablar. Y ya me fui a la mierda… Y no… porque no tenemos dónde discutir todo esto. Los futuros licenciados en Ciencia Política no tenemos la más puta idea de nada porque estudiamos con textos de los ´70, porque el proyecto de carrera es anacrónico y porque no sabemos ni nos enseñan a discutir, a dudar, a cuestionar. Me dijeron que eso se llama pensamiento crítico, pero obviamente ni idea, ¿no?

Y bueno, al menos parece que esta maldita materia me revuelve algo en la cabeza (o en el estómago). Lo único que me falta es tener que agradecerle algo...

2 Causas y azares:

Anonymous Anónimo dijo...

la verdad una lástima que no se animen desde ciertas cátedras o universidades a un debate más profundo sobre estas cuestiones.
también estudio ciencia política, y siempre he criticado la renuencia de muchos docentes al libre pensamiento y reflexión...
duda, en qué universidad estás? parece privada por las características del docente.
saludos, muy lindo su blog.

10:50 p. m.  
Blogger Lunita dijo...

Julika, estudié en la UBA. Durísimo q creyeras q hablaba de una privada... (no por vos, justamente... durísimo q mi texto te diera esa imagen)
Gracias por pasar. Ahora estoy con unas amigas en niniasdesastre.blogspot.com pero tiene una onda más de ficción. Igual, estás invitada
Saludos!!

7:15 p. m.  

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