¿Cómo es Alberto volar al más allá?
Volvíamos de Residencias. Es raro porque siempre fuimos a RCT en la primera quincena de febrero. Pero era chica, y posiblemente en aquella época los turnos se distribuían de otra manera. O quizás no íbamos siempre en la misma fecha. Pero estábamos en pleno viaje de regreso. Ya saliendo de Mar del Plata. Mario manejaba y Mary leía el diario. Mi hermano y yo jugábamos en la parte trasera del auto en movimiento. Sol. Edificios que se perdían lentamente. Y así, con súbito dolor y sorpresa, Mary nos dice: ¡se mató Olmedo...!
Creo que aún nos rodeaban algunos edificios...
A veces me pasa que existen personajes (personas, al fin de cuentas), cuyo nombramiento me estremece sin obstáculos. Me pasaba con el Che, cuando todavía no sabía quién era. Del Negro apenas había visto algún programa en la tele, en la época dorada en que íbamos a Pompeya a comer asado en lo de mis abuelos. Yo creo que no entendía ningún chiste, pero siempre me hacía reír. Tenía esa sonrisa contagiosa... imparable. Cuando murió, yo tenía siete años. Y no sabía por qué, pero se me escapó una lagrimita. Sucede que a veces carecemos del lujo del detalle, de las enumeraciones y los recuerdos exactos, pero en algún lugar del alma están las razones seguras, válidas, que justifican como en este caso que se conmueva la angustia y palpite la sangre debajo del pecho. Hoy como hace 18 años, mis ojos se nublan pero mi boca dibuja una tonta sonrisa de gratitud.
Qué sería de nosotros si no existieran personajes (personas, decía) cuyo nombramiento nos estremezca en una ensalada de pena y orgullo. Qué sería de nosotros sin ellos, que nos confirman que si existieron, pueden existir todavía. Aunque nos digan que ya han pasado las épocas de lo grandes hombres, de los grandes líderes. No, Olmedo, no. Porque vos como otros que ya no están, y vos como los que están y nadie nos muestra, viven en muchas almas. Y viven todos los días.
3 Causas y azares:
yo también era chico cuando se nos fue el maestro Alberto Olmedo, un tipo muy querido en el ambiente.
La verdad es que te salio un tanto sentimental el texto, en fin...
Hoy todos lo quieren imitar, y nadie lo puede igualar, ni siquiera mis ídolos humorísticos locales, él hizo escuela y fue uno de los más grandes.
Bueno por ahora nada más, esa es mi opinión...
pasate y firma mi fotolog!
saludos y gracias por el espacio...
yo tambien estaba de viaje y en vacaciones. Llamo padre y se lo dijo a madre. Madre se enojo mucho porque Padre solo hablaba de la muerte del "negro" en vez de preguntar como estaban su mujer y sus hijos...
Vaya si hay historias para contar...
Yurqui, el recuerdo de la muerte de este tipo, me pone sentimental... qué le voy a hacer.
Pauvre, graicas por su visita, pero me resulta imposible ingresar en su blog. En cuando pueda, le devuelvo la cortesía.
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