Sarmiento # 8
Estábamos solos. Definitivamente solos. Por la ventana entraba la única luz que iluminaba la habitación y en ella nosotros, rompiéndonos en la cama. Yo me deshice y él se estremecía con cada caricia. Me penetraba con enérgica potencia. Entero. Poderoso. Animal. Eramos invencibles. Y otra vez adentro. Y afuera. Sublime adentro. Soberbio afuera. Jugando. Envueltos en una formidable nube de sudor y osadía.
Entonces nos dejamos vencer por la lujuria y nos manoseamos. Y nos sentimos y nos volteamos. Y nos tropezamos con el cuerpo del otro y nos golpeamos contra el colchón y derrochamos y olvidamos y ejecutamos. Cada vez con menos aire. Cada vez con más jadeos. Siempre los cuerpos cruzados, compartiendo la sangre y la humedad. Nunca el hastío ni el reposo. Hasta el final del camino. Avanzando en paralelo, cada uno por su lado ¡pero juntos! Hasta desfallecer. Y ahí acabamos, adheridos bajo la luz de la noche, que nos descubrió completos. Luego de unos minutos todavía resoplábamos la fatiga. Arruinados. Felices. Y mojados.
Desperté justo llegando. Me puse de pie algo atónita, evitando la mirada inquisidora de la gente. Limpié la baba que me recorría la comisura de los labios. Y bajé rápido (aunque algo trémula y exhausta) del Sarmiento.
Entonces nos dejamos vencer por la lujuria y nos manoseamos. Y nos sentimos y nos volteamos. Y nos tropezamos con el cuerpo del otro y nos golpeamos contra el colchón y derrochamos y olvidamos y ejecutamos. Cada vez con menos aire. Cada vez con más jadeos. Siempre los cuerpos cruzados, compartiendo la sangre y la humedad. Nunca el hastío ni el reposo. Hasta el final del camino. Avanzando en paralelo, cada uno por su lado ¡pero juntos! Hasta desfallecer. Y ahí acabamos, adheridos bajo la luz de la noche, que nos descubrió completos. Luego de unos minutos todavía resoplábamos la fatiga. Arruinados. Felices. Y mojados.
Desperté justo llegando. Me puse de pie algo atónita, evitando la mirada inquisidora de la gente. Limpié la baba que me recorría la comisura de los labios. Y bajé rápido (aunque algo trémula y exhausta) del Sarmiento.
4 Causas y azares:
Evidentemente hay espacios que, para ser erotizados, exigen cerrar rigurosamente los ojos. La imagen es la de una persiana que separase Eros y Thánatos.
Desarrollaremos y volveremos.
Muy bueno. Shocking.
Bueno en algo tenía que ayudar el Sarmiento... no? por lo menos estimula la imaginación y genera ideas para concretar.
Muy intenso, Luna, muy bueno.
Salud, Luna
Extraño esos polvos. Un beso, es grato leerte.
Gracias a todos! Ya vendrán épocas de "PornoSarmientos", je
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