Esto por ahora

Semana movida si la hay. Finalmente, luego de empezar el año con la cabeza mateteada, pude resolver que voy a dejar el laburo. El lunes me pedí una licencia por un año. En el medio, discutí con el que creo que es mi jefe. El Rojas padece el cambio de gestión y los organizadores de mi piso son monos con navaja. El lunes por la mañana muchos compañeros se enteraron que los cambiaban de puesto por una revista que saca el Centro Cultural con las actividades del mes. Allí pudieron advertir cual era su nuevo puesto de trabajo. Así de simple. Así de grave. Ni la menor delicadeza. Ni el mínimo compañerismo.

En medio de una conversación le dije al tipito (ese que se cree jefe ahora) que los cambios que estaban implementando me parecían desprolijos. Me dijo que evidentemente yo estaba muy sensible. Le dije que evidentemente él era un irrespetuoso.

En algún momento, mostrándole la revista, le dije que lo que habían hecho era una mierda. Creo que dejé claro que estoy en la otra vereda. Por suerte.

A partir del 9 de octubre soy una mujer libre de compromisos laborales. En poco tiempo, seca como concha de vieja, caminaré por las paredes en estado de desesperación por falta de cash. Pero nadie me quitará lo bailado. Y nadie puede negar que cualquier cosa que me espere (o que yo misma forje) sea mucho mejor.