11 octubre 2006

Sarmiento nuestro de cada día

- ¿Hiciste pie?
- No ¡no puedo!
- Bueno, concentrate. Sabíamos que no es fácil.
- Me parece que encontré un huequito. Sí, ahí pisé. Ya está. ¿Cómo seguimos ahora?
- Ahora no seguimos. Mejor no seguirla porque acá adentro todo vuelve. Vos quedate quietita y no abrás la boca. En realidad, si pudieras contener la respiración sería ideal porque tenemos para un rato largo acá.
- ¿Y por qué? Allá hay gente que habla de lo lindo…
- Mirá, hacé lo que quieras. Yo solamente te estoy cuidando. Es más, ¿tenés bien agarrada la cartera, no?
- Si. Che, me pica la oreja derecha…
- ¡No me pidas imposibles…! Fijate que me estás dando la espalda y tengo la mano derecha trabada contra la columna.
- Bueno… ¿no podrías cruzar la izquierda? Me pica mucho… ¡y yo perdí mis dos manos!
- ¡Pero me cago en Dios…! A ver…
- Sí, por ahí…
- ¿Ahí está bien?
- Ahá… aaaahhhh… si, si…
- Bueno…
- ¡No! ¡No me sueltes! Un poco más abajo…
- ¿Ahí?
- A la derecha…
- Listo…
- ¡A la derecha, che!
-…
- Ahhh, ¡qué placer...!
-...
- Aaaaaahhh… qué bueno… ¡Gracias!
- Bueno, ¿ahora sí te quedás quieta?
- Sí.
- …
- ¿Y si me empieza a picar la rodilla?
- Esperás a Once. Y si no te callás, ¡la rodilla te va a empezar a doler!
- …
- …

2 Causas y azares:

Blogger Unknown dijo...

que bueno contar con una mano amiga... siempre...

9:23 p. m.  
Blogger Lunita dijo...

vio? y con una guía... ni le cuento!

9:26 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home