19 mayo 2006

Ayer

Ayer pasé por Puán. Así le decimos a la facultad de Fylo de la UBA. La última materia que cursé ahí fue en el 2004, y volver tuvo un encanto muy bizarro. ¿Alguien sabe por qué ya no hay bar? Pensaba que podría dejar Papel ahí... Pero el bar de los precios bajos y estudiantes con bufandas ya no existía. Era como un baldío colmado de escombros. Como una pieza arremetida por un tornado. Y el abandono incierto...
Supongo que sería el bar del Centro de Estudiantes de turno. La verdad, nunca pregunté. Siempre me compraba algún café y me mandaba a la gran biblioteca para estudiar un rato.
Hoy que estoy tan lejos de eso, me da un poquito de nostalgia. Y me doy cuenta que cada vez que paso por Puán, me atacan las ganas de volver. Aunque no sé si es para estudiar o para ser más inocente, o menos desencantada y abatida. Hoy me siento vieja.

2 Causas y azares:

Blogger Unknown dijo...

...algo más grande está...


...¿no?...

12:30 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Me encanto la ultima frase en relación al título. A veces es lindo sentirse viejo: experiencia y responsabilidad de hermano mayor.

7:26 p. m.  

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