15 agosto 2006

Lo de Cuba es cosa nuestra

Por Eduardo Aliverti

(aclaración: no creo que haga esto de copiar textos de otros seguido, pero hace días que tengo ganas de escribir sobre el tema y estos días he encontrado un artículo con el que coincido mayormente. A ver qué les parece.)

El periodista piensa, sólo, en esa gente (la mayoría, es probable) que no termina de desentrañar de qué lado ponerse.
Esa gente es la que por un lado simpatiza o se admira con los irrebatibles logros cubanos en la salud, la educación, el hambre cero, indicadores del más alto estándar de vida igualitario de toda América. Y que por otra parte no entiende y se lamenta de las restricciones a la libertad, de la prensa oficial, del partido único, del líder absorbente. Como las conquistas de la revolución no están en duda posible, ni siquiera desde la derecha más recalcitrante, lo criticado por la negativa invita a sumergirse exclusivamente allí para determinar qué tan cierto es eso de las libertades restringidas. O más bien: cuánto de más restringidos están los cubanos que la generalidad de los pueblos del mundo entero. El problema es que eso tampoco conduce a nada porque se transforma en una polémica bizantina, atravesada, gracias a la prédica de los grandes medios de comunicación (el poder, bah), no por cómo están las mayorías, sino por cómo las mayorías se imaginan que están. El emblema insuperable de ese aspecto es la libertad para salir del país. No todos los cubanos pueden hacerlo, es cierto. El “régimen” establece que al cabo de haber solventado todas las necesidades básicas de un ciudadano, éste no debe poder irse cuando mejor le plazca siendo que el Estado invirtió en su formación como se debe. Aun cuando esa decisión parezca entre cuestionable y horrorosa, no resulta invalidada la pregunta de adónde diablos pueden irse, si lo quisieran, las millonarias masas de miserabilizados del mundo. Las chicas o señoras que limpian en nuestras casas, ¿a dónde puede irse? ¿A dónde pueden irse empleados de medio pelo, negreados, jubilados, taxistas, maestros? ¿Cómo es la libertad esa? ¿Y cómo es el pluripartidismo ese en el que con mucha suerte y viento a favor apenas se conoce a los candidatos mostrados por la televisión? Sin embargo: discusión sin destino. El capitalismo trabaja y sigue siendo exitoso gracias a los imaginarios que construye. Es entonces inevitable que Cuba sea juzgada como la justicia social sin libertad, y todas los demás como sociedades con injusticias pero enteramente libres. Artículo tercero, de forma. Proclámese y archívese. No entremos en ésa, dicen estas líneas acerca de sí mismas.
Preguntémonos, sí, qué es lo que tanto molesta de esa isla que no molesta de los chinos, y que no molestó ni molestará de cuanta dictadura hubo y vaya a haber mientras satisfaga los grandes negocios de los bloques de poder. ¿Qué es lo que en verdad no se soporta de Cuba? ¿Que la oposición sólo pueda darse dentro de su sistema, dicho desde una Casa Blanca cuyo jefe sostiene que se está “con ellos o contra ellos” y en nombre de lo cual han desatado masacres e intervenciones de escala planetaria? ¿Que no haya democracia, visto desde regímenes donde sólo los ricos y los aparatos partidarios conservadores pueden tener chances electorales? ¿Que no haya prensa “libre”, denunciado por los monopolios y oligopolios de prensa donde el único culto que rige es la razón del interés comercial? ¿Eso es lo que molesta de Cuba? ¿Eso es lo que verdaderamente nos debe importar de Cuba? ¿Se está hablando de Cuba hasta por los codos porque podría estar muriendo su dictador y renaciendo la libertad o porque hay el regocijo de que la libertad pueda volver a transformarla en el prostíbulo de los yanquis?
Tengamos honor intelectual. No puede caerse así como así en la banalidad de decir que lo insoportable de Cuba es su falta de libertad. A los tilingos que piensan sin más de ese modo les cabe la inmortal frase de Anatole France: “Todos los pobres tienen la libertad de morirse de hambre bajo los puentes de París”. Lo insoportable de Cuba es que ha demostrado que se puede otra cosa. Que se puede resistir, y en soledad, al imperio más formidable de la historia. Que hay una vida con dificultades inmensas pero en la que todos los habitantes tienen garantizado el alimento, el estudio, la medicina, la universidad. Y lo peor, lo más intolerable, es que esa subsistencia, objetivamente heroica, se convirtió en y continúa siendo un faro para los luchadores sociales de todo el mundo; y en particular para el movimientismo y las utopías del patio de atrás. Allí donde haya el escándalo de un desnutrido, de un analfabeto, de enfermedades de la miseria, de una diferencia de clases insultante, de escuelas y hospitales que se caen a pedazos, de cifras espantosas de mortalidad infantil, de viejos abandonados, de pibes enloquecidos por la droga, allí se eleva contra las castas del privilegio el fantasma de Cuba. Y el riesgo es que siga elevándose, hasta que no quede nadie, ni un solo imbécil, que mientras lleva una vida de mierda cuestiona que en Cuba no hay democracia.
De que los cubanos puedan resistir depende que no desaparezca una de las experiencias de liberación más concretas y fascinantes de la historia americana. Si los yanquis vuelven a desembarcar allí, cada oprimido de este mundo habrá de quedarse sin el más real de sus faros. Eso es grave, por mucho que a poco de andar quedara demostrado lo terrible de la recolonización.
Y por eso, esa cosa de Cuba es cosa nuestra.

6 Causas y azares:

Blogger María Petraccaro dijo...

Como siempre, Aliverti acierta con lo que dice y dice cosas que muchos pensamos. Siempre.
Y coincido plenamente con el artículo.

1:03 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

coincido con el artículo plenamente.

tuve la suerte de poder pasar un mes recorriendo Cuba, y sin ánimo simplista, ese país y su gente son admirables.

desde un punto de vista le faltan cosas (a quien no?) pero la mayoría de ellas no son imprescindibles para ser felices, creo que en general saben disfrutar más y mejor que los que vivimos rodeados de juguetes.

es más justo un País donde la gente es libre para subir a un avión pero una buena parte de la población vive fuera del Sistema
(sin vivienda, alimentación, salud y educación)??

3:58 p. m.  
Blogger María Petraccaro dijo...

Excelente pregunta, no?

6:12 p. m.  
Blogger Lunita dijo...

Bueno, es la ironía de vivir en "democracia".
Pero eso no quita la crisis que atraviesa la sociedad cubana hoy. No necesitan la Coca Cola, pero la quieren. La quieren porque no la pueden tener... Si le preguntás a uno que no sea del partido, en privado, te admiten que las contradicciones que les genera la convivencia con el capitalismo (porque les guste o no, las empresas turísticas les muestran los "beneficios" del capitalimo) les joden bastante.

6:45 p. m.  
Blogger wallychoo dijo...

Una tarde en un bar de la habana vieja, levante la copa para brindar x la gente linda y "Feliz" de Cuba...recibi una leccion de un parroquiano que me dijo: Tu crees que somos felices....? tu crees que podemos salir de este bar y llegar a nuestras casa y hablar por mensajero electronico y salir del trabajo y comprarles un juguete a nuestros niños para sorprenderlos con un regalo, tu sabes que mi salario es de 8 dolares...!!!!
Mi asombre fue cuando sali de ahi enojado , me tope con otro cubano al que le dije: estan mal aca en Cuba ustedes.... y al segundo me reprocho que con Fidel estaban bien, que tenian dignidad, que nunca nadie sabria en este mundo lo que es tener la valentia de NO sucumbir ante lo material y lo superficial.... Te imaginas mi deconcierto al escuchar estas dos versiones , NO? Pero bue,...asi es cuba, es nuestra , es mi causa, del lado de la revolucion pero tambien desde afuera, desde Buenos Aires.... Asi es mas Facil Hablar de Cuba..Un Abrazo

8:54 a. m.  
Blogger Lunita dijo...

Exacto, así es más fácil hablar de Cuba.

10:03 a. m.  

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