Días difíciles si los hay...
Reencuentro. Acuerdos. Lágrimas. Miseria. Disgusto. Alivio. Intención de perdón. Paces. Determinación. Sentencia. Trato. De a ratitos mal trato. Pero más ratos del buen trato. Es importante, a sólo una semana del derrumbe.
Después, soledad en compañía. La amistad inquebrantable y leal. Y real. Llegar, dividir en mi cabeza las “tareas”, elegir qué es mío. Separar lo mío. Empaquetar lo mío. Sorpresa porque me recibió Kiara; allí, donde ingresé con muchos miedos. Sorpresa por lo cachivachera que puedo llegar a ser. Sorpresa porque no sabía que tenía tantos libros. Sorpresa porque mis amistades fueron expeditivas pero también compañeras, y también se sorprendieron de mi cachivez (si es que existe ese término). 15 minutos de mate con galletitas luego de una hora de no parar. Y empezar a bajar cajas y bolsas por las escaleras que recorrían los tres pisos. Y el espejo. Y mi escritorio. Segundo reencuentro, pero espontáneo, antes de cargar el flete. Aflojo. Dejar de lado garrotes y espadas. Despedida. Viaje a ramos. Suelto algunas lágrimas. Se cierra una etapa. Bah… algo se termina. Pero también se abren otros caminos. Llamo a Funes, que estuvo siempre presente. Comparto mi tristeza, y mis ganas de volver a empezar. Mis ganas… Pero también sé que se viene un tiempo de descanso. De tregua. Un tiempo de reflexión. Y sí… también un tiempo de aprender. Me dijeron que estoy usando mucho esa palabra. Será que necesito creer que me puedo caer. Y luego asimilar. Y así no reiterar, al menos, el lugar/la forma de la caída.
Después, soledad en compañía. La amistad inquebrantable y leal. Y real. Llegar, dividir en mi cabeza las “tareas”, elegir qué es mío. Separar lo mío. Empaquetar lo mío. Sorpresa porque me recibió Kiara; allí, donde ingresé con muchos miedos. Sorpresa por lo cachivachera que puedo llegar a ser. Sorpresa porque no sabía que tenía tantos libros. Sorpresa porque mis amistades fueron expeditivas pero también compañeras, y también se sorprendieron de mi cachivez (si es que existe ese término). 15 minutos de mate con galletitas luego de una hora de no parar. Y empezar a bajar cajas y bolsas por las escaleras que recorrían los tres pisos. Y el espejo. Y mi escritorio. Segundo reencuentro, pero espontáneo, antes de cargar el flete. Aflojo. Dejar de lado garrotes y espadas. Despedida. Viaje a ramos. Suelto algunas lágrimas. Se cierra una etapa. Bah… algo se termina. Pero también se abren otros caminos. Llamo a Funes, que estuvo siempre presente. Comparto mi tristeza, y mis ganas de volver a empezar. Mis ganas… Pero también sé que se viene un tiempo de descanso. De tregua. Un tiempo de reflexión. Y sí… también un tiempo de aprender. Me dijeron que estoy usando mucho esa palabra. Será que necesito creer que me puedo caer. Y luego asimilar. Y así no reiterar, al menos, el lugar/la forma de la caída.
5 Causas y azares:
Para retomar fuerzas, tengo un trago especial...
...cuando quieras donde quieras, lunita...
Vientos de cambio... después de tanta atmosfera irrespirable
Un abrazo!
Funes... a ver si hace algún comentario como la gente!
Según Divididos la gente se divierte... así que no me venga con reclamos, ¡pero poooorrr favorrrr!
si... usted vea cómo se divierte...
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