30 junio 2006

Sarmiento sonante

El otro día un viejito dejó su bastón junto a una de las puertas, desplegó su banquito y tomó asiento en el medio del vagón. Desde Caballito hasta Liniers, se tocó unos tangos. Desplegó su bandoneón y le puso todo. Muy bueno. Hoy le tocó a los rockandrolles. Esta vez un joven se trajo la guitarra eléctrica y un amplificador. Primero, un rock de los ochentas (no me sale el nombre pero conocía el tema seguro). Sólo música. El tren arrancó y yo sentía que las ventanas se movían como una extensa película. Me sentí rodando. Protagonista. Podría tocarse una de los Redondos, pensé. Terminó el primer tema y recibió muchos aplausos. Eran las cuatro de la tarde. Había lugar para aplaudir. Hasta le veíamos la cara al músico. Luego propuso pasar a los 90´s. ¿Y a que no saben qué tocó?? JIJIJI!!!! Jaaaaaaaaaaa!, pensé, qué bueno: tengo poderes. Y otra vez a disfrutar de buena música. El tipo no cantaba, pero quién no conoce la letra…! Las cabezas de los sarmientinos se movían en simultáneo. Y la película seguía rodando. A la altura de Caballito la gente subía sorprendida al vagón musical. Seguramente toca uno más… que toque Pappo!! La verdad es que no conozco nada de Pappo, salvo el que dice: “no se por qué/imaginé/que estábamos unidos… bla bla. Me gusta ese tema. Podría tocarlo (no yo, el chabón). Ya mi hermano me dijo que se llama “Desconfío de la vida”. Pero bueno, en mi mundo es ese tema lindo de Pappo. Decía, podría tocarlo. Ya que estamos con temas top. Y otra vez… ¿a que no saben qué toco?????????? Re-chan. Y sonó Pappo. ¡Sonó con mi tema, con mi único tema! El tipo tocaba la guitarra y se oía la voz de Pappo. Y la película terminaba el rodaje, acompañada por el final de la canción. Y los aplausos. Todos los aplausos. Y no sé por qué se me asomaron un par de lágrimas (eso fue mientras rodábamos todavía). Hace rato que no la pasaba tan bien en el Sarmiento.
Gracias a vos, le dije cuando le dejé los centavos que tenía. Gracias a vos.

26 junio 2006

Para los nervios...

Es que en estás épocas, también lo podemos hacer gracias a internet!

La frase

"La verdadera esencia del romance es la incertidumbre".

Oscar Wilde

23 junio 2006

Cuando los códigos vienen marchando...

En algunos intervalos no hay trenes en el andén y los pasajeros formamos fila como en el colegio. Siempre hay alguno (debo decir que alguna vez participé de esa lista) que se acerca al borde del andén, por el medio de dos de las tantas hileras que se concentran a lo largo y a lo ancho del andén y es muy mal visto por la multitud que sí cumple con la formalidad del desfile. Es como todo, pienso. "Hay códigos". Pero son tan simbólicos que uno no puede hacer nada si alguien los vulnera. ¿Qué hacer con este individuo que se cola? ¿Empujarlo al abismo de las vías por "colado"? ¿Rogar que el maquinista no deje las puertas a su disposición cuando frene? Alguna vez les he puesto un digno codazo. Pero todavía no entiendo si fue por una cuestión de principios o de envidia.
El caso es que hoy llegué a la Terminal Once justo luego del tren, con lo cual no tuve que respetar una fila simplemente porque no la había. La mayoría de la gente ya había subido. Pero aligeré el paso. Luego empecé a trotar. Avancé sobre unos domingueros y otros aprendices. Y no perdía de vista la búsqueda de un asiento vacío en cada vagón. Bingo: lo encontré al final del penúltimo vagón. Y me senté. Y saqué la agenda porque tenía que hacer las cuentas del mes. Y preparé el apunte de la maldita materia porque tenía que leer. Y me saqué la polera porque tenía calor con tanto trote. Y me relajé, porque tenía el cansancio de un día que apenas empezaba.
Al rato no había más espacios vacíos. El Sarmiento salía en 10 minutos así que la gente siguió subiendo, buscando buenas ubicaciones pero de parado. O cerca de una manija a la que aferrarse. O no muy lejos de la puerta pero cerca de una ventana abierta para que no falte el aire. Bah... yo haría eso. Entre ellos una señora, pero joven. Y de su mano una nenita de no más de cinco años. Como no había lugar para sentarse se apoyaron contra uno de los laterales de las puertas. Y me hice la boluda (es decir, empecé a leer). Igual, estaba algo lejos y otra persona se interponía entre nosotras, de modo que ellas no podían ver que yo vulneraba un "código". Aunque la verdad… ya no podía evitar formar parte del resto del vagón que las negaba.
Hasta que me sorprendió a lo lejos una voz masculina y ronca, que se notaba elevando el volumen:
- Pero yo hice la fila y esperé el tren...
Hizo una pausa y continuó:
- No voy a discutir esto con usted- negaba, como quien se resigna ante un interlocutor incapaz.
¿Quién tiene razón? pensé. ¿Quién tiene la verdad? ¿ Hasta dónde sabemos aplicar los "códigos"? La nena tenía edad para estar parada. Y la señora jamás pidió el asiento ¿Qué pasa cuando alguien pide un asiento y nadie se levanta? Y luego insiste pero otra vez nadie cede. Es una hora en la que todos estamos cansados y queremos (y tenemos) derecho a viajar sentados, me respondí. De hecho, continué leyendo mi texto. Pero el demandante de puestos esta vez perdió la paciencia, y entonces escuché la segunda voz:
- Mirá, si no lo vas a discutir conmigo, ¡vas a pelear conmigo!
Y lo agarró de las orejas (lo sé porque me asomé justo a tiempo). Era un señor bastante mayor y agarró bien fuerte de las orejas al joven de la voz masculina y ronca:
- ¡Y vas a aprender a respetar los "códigos"!- le dijo.
El joven de la voz masculina y ronca empujó con su mano al señor bastante mayor, presionando el pecho de este, aunque sin más fuerza que la necesaria para alejarlo. Con la otra mano intentaba quitárselo de las orejas. El forcejeo duró unos segundos, en una situación que excedía lo ridículo, mientras el tren se llenaba cada vez más con nuevos pasajeros. Y nadie se interponía. "Son códigos", escuché murmurar.
Hasta que el viejo se quedó duro y llevó su mano izquierda al pecho. Y ya no respiró.

Algunos queríamos volver más rápido a casa, así que subimos al tren siguiente. Otros se fueron a hacer la fila a otro andén, donde esperarían 20 minutos la llegada de una nueva unidad.
Parada y apretada contra la señora y la nena pude ver a través de la ventana de la puerta de mi nuevo tren, cuando éste partía, cómo el joven de voz masculina y ronca gesticulaba hasta los nervios frente al oficial que le tomaba declaraciones, mientras el señor de las orejas ocupaba el asiento del joven, en un Sarmiento vacío de "códigos".

22 junio 2006

Hoy cumplimos un mes más


Yo soy de las que siempre festeja los cumplemeses,
y vos de los que festejan los cumpledías.

Yo soy de las que discute hasta el menor detalle de la uña sucia de la pata del piojo,
y vos de los que no discute.

Yo descanso en la meditación eterna,
vos corrés.

Yo soy una romántica imposible,
vos un crudo existencialista.

Yo en la burbuja,
vos con las manos en el barro.

Pero tenemos el beso y las caricias obscenas,
y el verde amor que nos desborda a diario.

Tenemos la fuerza de la primera batalla
y el corazón del otro en una mano.

Y somos dos, porque ser uno es para la gilada.
Y porque la media naranja nos parece chico.

Así sea, mi ateísmo y tu destino,
a revolcarnos en el caos y en las flores.

A que me mimes la espalda
y a que te arrulle ese extremo.

Amando enteros tus "fomentos",
me disolvés en cada pestaña.

Y si al final caigo no me levantás
sino que caes conmigo
para después ir a donde querramos
juntos.

21 junio 2006

Ah! Si...

No...

Hace días que no escribo. Y es que a veces no hay nada que decir...

17 junio 2006

Gran Feria de Productores

Viernes 16 de Junio
En el Auditorio de la Facultad de Sociales (Ramos Mejía 850)

Estamos invitados a conocer los distintos emprendimientos de producción cooperativos que conforman la
Red de Comercio Justo
14 - 22 hs:
§ exposición y venta de productos y servicios.
§ Exposición artística

16 – 18 hs:
§ proyección de Documentales:
“No Olvidamos”, la lucha por justicia por la Masacre de Avellaneda
“Mocase: la lucha por la tierra”, la lucha por la tierra del Movimiento Campesino de Santiago del Estero.
“La Vaca Verde”, documental sobre la producción de la yerba mate

19 hs:
§ Charla – Debate:
Conformando una red de comercio justo entre todos/as y para todos/as.
Te proponemos organizarte y conformar un Núcleo de Consumo Responsable

Red de Comercio Justo
tejiendo redes para el cambio social
Frente Popular Darío Santillán – Red de Emprendedores del Bajo Flores - Equipo de Economía Social Solidaria – Titrayjú - Asamblea de Cs. Políticas - Coop. El Yunque - La Lechería – FANA – Burbuja Latina - y más...

15 junio 2006

Chan!

Parece que el Sarmiento no sólo da para las verdaderas ficciones que me salen a veces. En estos días conocí tres blogs, que existen como espacios de queja e información brindada por los usuarios cotidianos que ya estamos bastante hartos de viajar taaaaan mal.

Aquí, el Maldito Sarmiento (o TBA - Todos Bien Apretados).
Y aquí, TBA me mata.

Y por si fuera poco, también aquí (pero para los Pasajeros del Roca).


A sufrir en compañía!!

Ahora sí...

¡este blog vaya si me gusta...!

14 junio 2006

Borges y Yo

Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o de la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.
Jorge Luís Borges
(El Hacedor - 1960)

13 junio 2006

Sarmiento # 7

Me cautivó. Alguna vez escuché entrañables historias de parejas que se habían conocido viajando en tren. Ella dejaba caer su boina y él la seguía hasta devolvérsela, sólo para admirarla. O ambos compartían una sonrisa porque les disgustaba la voz del auto-convocado vendedor de canciones, que luego pasaría pidiendo una moneda. O simplemente cruzaban irresistibles miradas durante el viaje y cuando él bajó del tren ella lo siguió y le invitó un café si tenía cinco minutos. Pero hasta ese momento pensé que eran mitos. Y me sorprendí aquella tarde regresando a casa, en un Sarmiento con pocos pasajeros, admirando a un joven de largas pestañas grises, más atractivo que mi amado Mel Gibson. Llevaba jeans, remera y zapatillas. Ni qué hablar cuando lo imaginé trajeado. Los hombres de traje siempre son más lindos. Y este chico era de los más lindos que yo había visto alguna vez. Nunca me encandilo tan fácil. En general necesito una conversación previa (ergo, un buen chamullo) para quedar interesada. Pero esta vez no fue necesaria. Me miró una vez y enseguida bajó la mirada sonriendo. Se le dibujó una sonrisa linda. Amplia. Tímida pero tan franca y resuelta que no pude evitar reír yo también, hasta ruborizarme. Recordé las historias que me habían contado y entonces todo era posible. El mundo podía ser mío y de él. Nuestro. De repente volvió a alzar la mirada directo hacia mí. Y me paralicé. Y quedé boquiabierta observándolo avanzar como quien tiene la certera decisión de enfrentar su destino y quizás hasta darme un beso. Y me lo dio. Y me cerró la boca nomás. Y mi corazón quería explotarme el pecho y mi cabeza volvía a las historias y los mitos que se hacían realidad todos juntos, sin intervalos ni estafas ni reparos. Y me soltó, y volvió a mirarme a los ojos. Y se alejó. Dio la vuelta y aceleró su paso hacia la puerta del tren que estaba a punto de partir de la estación. En el camino vulneró la calma de una señora mayor y le manoteó una cadenita que reposaba en su delicado cuello. La señora gritó y gritó pidiendo ayuda, pero todos nos quedamos atónitos y sin reacción ante el hecho imprevisto.
Tan rápido como robó la cadenita, salió de nuestro vagón, cruzó el andén y bajó a las vías. Yo lo seguí con la mirada hasta que le perdí la vista, otra vez boquiabierta. La gente que había notado nuestro beso me miró con ojos de denuncia y asombro. Tuve el impulso de seguirlo y atravesar por él un nuevo camino, aunque fuéramos diferentes. Pero no me animé.
Es que no puedo transgredir los límites del Sarmiento, pensé.

12 junio 2006

La frase

El 12 de junio de 1942 Anna Frank cumplía 13 años y le regalaron un diario.
Tres días antes de que la familia fuera descubierta, en 1944, escribió:


“Quiero seguir viviendo después de mi muerte”.

09 junio 2006

Sistemas Políticos Comparados

Así se llama la famosa materia que tengo que rendir. En la última clase tuvimos una discusión por demás interesante. En general en las materias de mi carrera no se convoca al debate, y mucho menos a la reflexión. No se si por miedo de los alumnos o incompetencia del docente. Y el miércoles tuvimos la oportunidad de aplicar la teoría (en mi carrera el exceso de teoría ya nos ahoga) a la práctica política. El debate se dio en torno de la crisis de los partidos políticos. Se plantea la diferencia entre una crisis de los partidos como tales de una crisis de los modelos de partido. Es decir, la cátedra (desde su clara perspectiva institucionalista) plantea que la crisis de legitimidad que atraviesa a los partidos no pone en jaque al sistema en sí, sino a lo que entendemos que es un partido (sus objetivos, organización y modus operandi). El planteo está bueno porque, desde ese punto de vista, el “sistema” de instituciones existentes no tiene por qué caerse. Ahí empezamos a analizar qué paso con la Alianza, qué es el peronismo hoy, etc… siempre en términos de aplicación de la teoría de algún autor. Copado, especialmente porque hubo posturas diferentes, y hasta opuestas.

Lamentablemente hubo un punto en el que ya no pudimos avanzar. El gran problema de la cátedra (según mi parecer, porque obviamente esto no es algo que la cátedra aceptaría) es que tiene miedo de discutir qué pasa si se caen las instituciones. El ayudante que coordinaba la clase nos instaba a que la crisis era de un modelo partido político, y que entonces la solución pasaba por idear un nuevo modelo que lo sustituya. Es decir, “todo se arregla si pensamos qué tendrían que hacer los partidos para recuperar su legitimidad”. No me pareció una mala idea, porque hoy el sistema institucional persiste y a pesar de la famosa crisis de legitimidad que padecen hace rato los partidos, seguimos funcionando con ellos. Esa es la receta de la cátedra.

La discusión que nos perdimos (porque el ayudante la canceló rápidamente) es que ni la cátedra (ni la carrera de ciencia política en general) da cuenta de otro tipo de movimientos, tan o más institucionalizados que los partidos, que se generaron y se continúan generando porque existen millones de personas que no encuentran un canal que exprese sus inquietudes por la vía de las instituciones clásicas (poder ejecutivo, legislativo y judicial, por ejemplo). Y entonces vuelvo a la conclusión que proponía el ayudante de la materia (“todo se arregla si pensamos qué tendrían qué hacer los partidos para recuperar su legitimidad”) y digo no, no y no. Nos falta discutir algo previo. Y el no discutirlo es ignorarlo. Como si no existiera. Porque han proliferado innumerable cantidad de movimientos sociales que agrupan otro tipo de intereses, incluso ideológicos (para los que dicen que las ideologías han muerto), y que si esto sucedió es porque los partidos políticos, por ejemplo, no han sabidos representarlos. Y entonces también evitamos la discusión sobre la clase política que tenemos, que se caga en las mayorías pobres e ignora a las minorías discriminadas, acá y como fenómeno mundial. O que nos cuenta que hemos tenido una increíble mejora en la economía, y no se ve que en todo caso la reactivación es la de la clase media que salió a cacerolear porque les tocaban el orto en 2001. Sino, de la pobreza y la exclusión, seguimos sin hablar. Y ya me fui a la mierda… Y no… porque no tenemos dónde discutir todo esto. Los futuros licenciados en Ciencia Política no tenemos la más puta idea de nada porque estudiamos con textos de los ´70, porque el proyecto de carrera es anacrónico y porque no sabemos ni nos enseñan a discutir, a dudar, a cuestionar. Me dijeron que eso se llama pensamiento crítico, pero obviamente ni idea, ¿no?

Y bueno, al menos parece que esta maldita materia me revuelve algo en la cabeza (o en el estómago). Lo único que me falta es tener que agradecerle algo...

08 junio 2006

Papel # Mayo (sí, otra vez con demora)

Lugares donde encontrar la revista Papel
Av. Corrientes 2038
-Casa de la Cultura-
Ramos Mejía
-Open Gallo-
Gallo 241
-Librería Clásica y Moderna-
Callao 842
-Bar de Roberto-
Bulnes y Perón
-Bar Notorious-
Callao 966
-Cine Cosmos-
Av Corrientes 2046
-Bar Bartolomeo-
Bartolomé Mitre 1525
-Bar Medio y Medio-
Perón y Montevideo
Av Corrientes 1543
-Unidad Penitenciaria 31- Ezeiza -
preguntar x Valeria
Demás amigos y conocidos

07 junio 2006

Día del Periodista

El Día del Periodista fue establecido en 1938 por el Primer Congreso Nacional de Periodistas celebrado en Córdoba, en recuerdo del primer medio de prensa con ideas patrióticas. El 7 de junio de 1810 Mariano Moreno fundó la "Gazeta de Buenos Ayres", primer periódico de la etapa independentista argentina. La Primera Junta indicó por decreto su fundación por ser necesario anunciar al público los actos oficiales y las noticias exteriores y locales. Sus primeros redactores fueron Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli.

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“ (...) Me encuentro con mi gran amigo el filósofo oficial del Gobierno, José Empédocles. Tato –me dice-. No es que nosotros estemos en contra del periodismo pero el periodismo está idiotizando a la gente. De lo único que hablan es de la cotidianeidad. Usted abre un diario y ahí están: el Yomagate, Al Kassar, la contaminación, la corrupción, el cólera, los propóleos. Al final la pequeña cosa cotidiana enmascara los grandes problemas estructurales del país, tales como si estamos o no en el fin de la historia’”.
TATO BORES: Agosto de 1992. Cerca de alejarse de la televisión.

Sarmiento # 6

Envuelto en un gamulán negro, se encontraba de pié aunque impaciente, formando fila. Esperando. Todos esperábamos que arribara el tren a la Terminal Once. Y él lucía particularmente impaciente. Sacó sus manos de los bolsillos del gamulán para ver la hora. Faltaba poco. Eran las cinco de la tarde. Yo intentaba concentrarme en la lectura de un nuevo libro pero no podía dejar de mirarlo. Llevaba puesto un pijama verde. Bajo el gamulán pasaba inadvertido pero yo lo noté. Giraba la cabeza lentamente de un lado al otro. Bajaba la mirada. Respiraba profundo abriendo los orificios de su pingada nariz. Y alzaba la vista. Fruncía una ceja elevando la otra. Y otra vez sus manos en los bolsillos. Algo se movía en el bolsillo izquierdo del gamulán. Justo me observó cuando yo notaba la inverosímil incógnita en su bolsillo, y esquivé la mirada como volviendo a un libro que ni siquiera había abierto. Pero él sabía que yo sabía.
Volvió a sacar su mano derecha del bolsillo pero esta vez prendió un cigarrillo. Este artilugio nunca falla. El tren arribó desde la nada y todos nos abalanzamos sobre los pasajeros que llegaban con el tren a la estación y querían bajar de la unidad. No conseguí lugar. Y el extraño del gamulán tampoco. De hecho, optó por seguir caminando hacia el otro vagón, probablemente en busca de un asiento. Y otra vez reparé en que su bolsillo izquierdo se movía. ¿O sería el bolsillo del pijama verde? Ya estaba un poco harta con tanta curiosidad y lo seguí en cada paso. Aunque yo también quería un asiento. Pasamos el vagón furgón pero ni amagó a sentarse. Seguramente no quería ensuciar su gamulán. Y lo seguí otra vez. Y al otro vagón. Y el clandestino bolsillo que se movía. Y al vagón siguiente. Y el bolsillo me invocaba y yo avanzaba atolondrada, pisando gente, chocando sin piedad ni respeto. Él aceleraba el paso. ¿Habría notado que lo estaba siguiendo?
A la altura del penúltimo vagón metió la mano vertical y rotundamente en el turbador e imprevisible bolsillo izquierdo. La ansiedad me paralizó unos segundos. Sacó su mano y, envolviendo el misterio, se la llevó a la oreja izquierda:
-Sí, lo sentí vibrar. Pero ya te dije que no es el momento. ¡No me llames más!-.
Cerró la tapita y arrojó el celular por la única ventana abierta del Sarmiento.

Duelos Narrativos

Anoche hubo duelo. Se ha incorporado al grupo Alejandría una nueva sección. Los duelos narrativos llevan a un retador y a su contrincante a enfrentarse descaradamente, frente a un público que sólo reclama sangre y literatura.
Y eso es todo. Nada más y nada menos. Se ha creado un nuevo espacio para compartir. Se ha abierto otro camino para los amantes de la narrativa a partir de una "consigna" sobre la que ambos concursantes deben escribir. Y de allí a pasar una buena noche con el mundo de la ficción, sin más distancias que la que ocupa el aire.

06 junio 2006

Noche de cuentos con Alejandría


El Grupo Literario Alejandría, en su segundo año de actividades, presenta el martes 6 de Junio otra Noche de Cuentos.
Como siempre, habrá cuatro escritores invitados a leer un cuento:
Rolando Revagliatti,
Leonardo Saguerela,
Ricardo Gonzalez y
Juan José Burzi.
Más el invitado especial (incluye entrevista): Oliverio Coelho.
Al finalizar el encuentro, se sortearán libros y revistas.

La cita es a las 20:30hs(rogamos puntualidad) en Bartolomeo (Bartolomé Mitre 1525, Capital Federal).
La entrada es libre y gratuita. Para participar enviando cuentos o para recibir información, escribir a alejandriagrupo@yahoo.com.ar.

05 junio 2006

La frase de la semana

No se consigue
nunca lo posible
si no se intenta
lo imposible
una y otra vez.

Max Weber

03 junio 2006

All you want

I'd like to watch you sleep at night,
to hear you breathe by my side.
And although sleep leaves me behind,
there's nowhere I'd rather be.
And now our bed is oh so cold,
my hands feel empty,
no one to hold.
I can sleep what side I want,
it's not the same
with you gone.
Oh if you'd come home,
I'd let you know that
All you want,
is right here in this room,
all you want.

02 junio 2006

Fuera del Sarmiento

No aguanté. Hay noches en las que mi paciencia sencillamente NO soporta los tiempos del Sarmiento. Subí al tren que supuse salía de la Terminal a las 22:40hs., como siempre. Pero me equivoqué, o cambiaron el horario, o algo falló. Había encontrado asiento, pero después de 40 minutos sentada entendí que no iba a poder bajar cuando llegara a mi destino por la cantidad de gente que subió en ese rato. Además, me pareció que algún problema había y nadie nos decía nada. Creí que el tren no saldría. Y huí. El rato que estuve sentada observé a mi lado y también sentados frente a mí a tres personas que leían. Justamente, una de las ventajas de viajar sentada es que tengo la oportunidad de leer. Pero estaba algo aturdida esa noche y no atiné siquiera a sacar un libro del bolso. Y me cansé de la gente. Me cansé de que el Sarmiento no salga. Así que salí yo. Y me angustié en el camino. Llovía, claro.
La lluvia siempre me hace llorar. Bueno, no siempre. Pero últimamente sí. Y me escapé del tren, del andén, de la Terminal Once. Y lloré irritada mientras recorría algún camino incierto, como esperando ser salvada por un príncipe azul que me envuelva cual lunita en la noche. Crucé Avenida Pueyrredón bajo la lluvia, angustiada y atrapada entre mis carencias. Lloré mis miserias. Lloré mis laberintos. En algún momento me perdí en la noche mojada. Pero caminé. Y no paraba de llover. Y no podía decidir si me tomaba dos colectivos o un taxi. Y me detuve para llorar sin otra contención que la de mis lamentos, buscando desesperadamente al príncipe azul que no aparecía ni de lejos. Que no me ignoraba porque no existía. Y pensé en morir un rato. Y pensé en salvarme. Y escapé de los hombres sin rostro que observaban con lujuria mi celular. Y crucé Avenida Rivadavia y me escondí en el baño de La Perla de Once, soñando construir una balsa modelo 2006. Y naufragar de una vez.
Esa noche no quise sobrevivir al Sarmiento. Y lo pagué con soledad y llanto.
Y no logré entender si la moraleja de mi noche es que necesitaba estar sola para escribir este relato, o si acaso debo resignarme a que no puedo perder la paciencia con el Sarmiento.

01 junio 2006

¿Nuevo Sarmiento?

Para aquellos que todavía no vieron los nuevos super vagones de dos pisos ni en sus sueños... lean, por favor!! Que sí existen.
Ahora... yo viajo todos los días y no agarré ninguno... ¿Será el clásico tren fantasma?